Evolución del Paso de María Stma. de los Dolores

El palio de la época fundacional (1878-1882)

En su primer año (1878) para la procesión de la Virgen de los Dolores se realizó una parihuela, los faldones y techo de palio en terciopelo en color negro ornamentando con galones y flecos de plata, así como el llamador. Los varales, manto negro, peana y demás enseres para completar el mismo se obtuvieron prestados de otras cofradías o particulares que los cedían para la ocasión.

En 1879 se mejora el techo de palio y se le añaden unas perillas a los varales. En 1880 continúan siendo cedidos los varales, la candelería, el manto negro y la peana y se siguen mejorando los propios como el techo de palio y los faldones. En este año, el montaje del paso se efectúa en el zaguán de la casa palacio del Marqués de la Reunión, hermano de la corporación, y que se ubicaba en la calle Trajano 1 esquina Javier Lasso de la Vega.

En el año 1881, a pesar de tener la Hermandad su sede canónica en la Iglesia de San Vicente Mártir, es el primer año que efectúa su salida procesional desde dicho templo. En los años precedentes, la salida se había efectuado desde el Convento de Santa María la Real. En este año, se sigue mejorando lo existente pero sin presentar grandes novedades.

En el año 1882 se estrena el primer juego de varales para el paso, que realizó Antonio Rodríguez y fueron donados por varios hermanos y cuyos nombre figuraba en los basamentos de los mismos. Otros de los estrenos de dicho año fueron el manto negro liso y el pollero para el mismo.

A partir de este año se produce la decadencia de la hermandad, siendo el detonante de la misma la mala situación económica debido en parte al gasto de los enseres del palio, ya que los varales no se acabaron de pagar hasta cinco años después de su estreno.

De esta época fundacional no poseemos documentos gráficos que nos muestren su fisonomía pero no debía ser muy distinto del palio de la reorganización.

El palio de la reorganización (1924-1928)

En el Cabildo General de Reorganización de la Hermandad, celebrado el día 12 de noviembre de 1923 en la parroquia de San Vicente Mártir, por orden del Señor Vicario General se hizo entrega a la comisión reorganizadora del juego de varales y manto negro liso de la época fundacional y que había sido conservado por el sacristán de la parroquia.

Para la salida procesional del Lunes Santo del año 1924 (14 de abril) se platearon los varales, se confeccionó un palio de terciopelo negro con fleco de oro, la parihuela, la peana, los faldones de pana negra y las jarras. La Hermandad Sacramental de San Vicente prestó la corona de plata de la Virgen del Rosario para que la llevara la Virgen de los Dolores en el paso, cosa que ocurrió hasta el año 1935 cuándo se realizó una propia.

El paso se ubica en la primera arcada de la nave del Evangelio(hoy en día la salida de la sacristía). Se observa un palio sencillo pero sobrio, con mucha dignidad para la escasez de recursos de una hermandad que está resurgiendo. Igualmente, hay que fijarse en la disposición de la candelería, con una cera muy alta con una pequeña entrecalle que difícilmente deja ver la Santísima Virgen y con la función de ocultar la carencia de bordados y piezas de orfebrería.

 La Imagen va vestida con saya negra y un tocado estrecho muy ceñido a la frente que deja ver ampliamente el cuello y con una amplitud en su parte inferior que cubre casi la totalidad del pecherín. Las bocamangas de encaje con amplio vuelo.

En el año 1927 se estrenaron unos respiraderos obra del orfebre Seco Imberg; así mismo, se arreglaron los varales y se adquieren unos candelabros en la Casa Orrico de Valencia.

El palio de Eduardo Seco Imberg (1929-1935)

Según recoge Juan Carrero en su libro “La Hermandad de las Penas” de los Libros de Actas de la Hermandad: “En la salida de la cofradía del año 1929 el paso de la Virgen de los Dolores estrena nuevo palio que se componía de techo bordado por Juan Manuel Rodríguez Ojeda en terciopelo negro que llevaba en su centro la Giralda en oro y rodeada de una orla de hojas de acanto y en las esquinas dispuestas de forma diagonal se ubicaban ánforas con azucenas. El conjunto se completa con caídas o bambalinas de metal plateado, de líneas ondulantes con ovas y ornamentación vegetal calada, todo ello ejecutado por Eduardo Seco Imberg”.

De la siguiente fotografía nos llama poderosamente la atención varios detalles. En primer lugar, la cantidad de joyas y anillos que la Santísima Virgen lleva en su pecherín y manos, tónica generalizada durante siglos y que tuvo su máximo exponente a medidos del siglo XIX, coincidiendo con el gusto cortesano y la costumbre de cierta aristocracia local de ceder parte de sus más notables y características preseas, incluso antes de ser estrenadas por su propietarias. Esto se corresponde no sólo con un gusto estético sino también a un verdadero carácter religioso en tanto que las joyas simbolizan verdades espirituales; para ello hay recordar el paisaje bíblico en que la Reina aparece enjoyada. Esta costumbre se llevaría a cabo hasta el año 1974. Existe algo de leyenda, carente de documentación escrita que lo confirme, pero sí transmitida por nuestros hermanos más mayores, de que el exorno floral de claveles rojos que se coloca en la peana de la Virgen de los Dolores cada Lunes Santo se corresponde con la necesidad de alojar cualquiera de las joyas que se pudieran desprender durante la procesión.

Continuando con la descripción de la imagen anterior, cabe destacar la utilización del puñal, como símbolo de su aflicción, clavado en el corazón. La Virgen porta sobre su sien la anteriormente citada corona de plata de la Virgen del Rosario de la Sacramental de San Vicente. El manto, al igual que los faldones son lisos en color negro.

En lo concerniente al paso hay un detalle que no ha podido pasar desapercibido, ya que remitiéndonos a la descripción anterior, el centro del palio no está formado por la Giralda sino por un corazón atravesado por siete puñales, cuatro en su lado derecho y tres en su izquierdo y con una llama en su parte superior. Hay que advertir que el corazón llameante es el emblema utilizado por varias instituciones religiosas y evoca inmediatamente la idea del amor. La alusión al corazón traspasado por las siete espadas enlaza directamente con la profecía del anciano Simeón: Simeón los bendijo, y dijo a María su madre: Mira, este niño que ves está destinado para ruina y para resurrección de muchos en Israel, y para ser el blanco de la contradicción de los hombres; lo que será para ti misma una espada que traspasará tu alma; a fin de que sean descubiertos los pensamientos ocultos en los corazones de muchos.” (Lc. 2, 34-35)

Así, tradicionalmente se viene afirmando que los Dolores de la Virgen son siete: la profecía de Simeón; la huida de Egipto; el Niño Perdido en el templo; la calle de la Amargura; María al pie de la Cruz (Quinta Angustia); bajada de la cruz (Piedad o Angustias) y Jesús en el sepulcro (Soledad). Es símbolo de la iconografía mariana, y que fue propagado, entre otros, por los Siervos de María, origen secular de la que supuestamente procede nuestra Titular.

La candelería procedía de las hermandades de los Negritos, Patrocinio y Esperanza de Triana. El exorno floral a base de claveles en ánforas cedidas por la hermandad de la Estrella.

En cuanto al resto de orfebrería, los varales son los mismos de la época fundacional; los faroles de entrevarales prestados por la hermandad de la Estrella. El conjunto se completa con respiradero estrenado en el año 1927 de Eduardo Seco Imberg.

Hemos querido dejar para el final dos detalles muy importantes, estos son la saya y la copa de metal plateado que se ubica en la delantera de la calle de la candelería. Estos enseres aún se encuentran dentro del patrimonio de la hermandad. 

La copa se sigue utilizando hoy en día en el paso, ubicándose a los pies de la peana y sobre la que se coloca un hermoso y singular centro de flores de claveles de color rojo. Durante el trienio de 1932 a 1934, época convulsa para las cofradías coincidente con la segunda república, el cabildo de hermanos decidió que la cofradía no saliera.

En el año 1935 se obtendría para la salida procesional la cesión de un manto perteneciente a la señora Doña Luisa Llosent, viuda de Isern. Dicho manto fue bordado por Patrocinio López en 1879 para la Virgen de Loreto de la hermandad de San Isidoro. Esta no lo utilizaba por haber realizado uno nuevo en el año 1931, siendo el actual que posee.

Igualmente, este año se estrenaría la bellísima corona en metal dorado, cuya traza recuerda la que posee la imagen de Santa Ana, de su templo trianero, pagándose por ella quinientas pesetas al orfebre D. Andrés Contreras García.

Ese año se estrenaría otro respiradero y se suprimiría la guirnalda de la crestería. Hay que observar la cantidad de golpes que poseen las ovas de la crestería, no sabemos si por la deficiente conducción del capataz o por un deficiente manejo o almacenaje por parte de los priostes. Nos declinamos hacia lo segundo, pues el capataz en esos años era D. Rafael Franco y el remate de la crestería no posee daños.

Este palio actualmente lo posee la hermandad de la Sagrada Cena de Jerez que lo utiliza como dosel para sus cultos.

Primer proyecto de palio de Cayetano González (1935)

En el año 1935 se presenta un boceto de bambalina delantera para el techo de palio según diseño Cayetano González. Este no llegó a ejecutarse pues se tuvo la oportunidad de adquirir el perteneciente a la hermandad de San Isidoro a juego con el manto.

El Palio de Patrocinio López y la orfebrería de Andrés Contreras (1936-1945)

Para la salida de Semana Santa de 1936 se adquirió a la Hermandad de las Tres Caídas de San Isidoro el palio bordado en oro sobre terciopelo negro realizado por Patrocinio López en el año 1885. Este poseía caídas de corte ondulado con  ornamentación vegetal amplia y cornisa bordada, cuya composición está formado por dobles hojas de acantos formando roleos entrelazados por tallos de los que salen flores de tulipanes, claveles, margaritas, azucenas, y madroños y bellotas, se extienden con libertad mediante ritmos curvos tendentes a la asimetría, mas llegando a la zona central de cada caída, los tallos menores se unen y toda la composición se voltea en la mitad opuesta con exactitud. El valor plástico de las grandes masas vegetales,  el realce proporcionado por los puntos correspondientes, en el caso de la hojas de acanto con ondas o puntas simples y dobles con nervios realizados por lentejuelas planas engarzadas con canutillos, aumentaban las diferencias.

Antonio Mañes explicó el palio como un conjunto simbólico de flores y hojas de acantos que hacen alusión a las dificultades y las adversidades que se tienen que superar; y, en cuanto al triunfo de la primavera, a la regeneración de las almas a través de las buenas obras. Esto, válido para la configuración formal exterior, se puede matizar como la exposición del planteamiento cíclico de la naturaleza que, representada por las flores pasionistas, alude a la reverberación de las almas cristianas; pero este ciclo no sería posible sin un orden superior, que corresponde a Dios, de ahí que la Virgen, que no es tal, mas es la madre de una de las Tres Personas de la Santísima Trinidad, queda acogida, a la vez, por ese orden cosmogónico representado por la composición del interior del palio, y por los motivos vegetales entremezclados como trasunto del significado exterior.

El palio se ubicaba en el mismo sitio, es decir, en la primera arcada de la nave del evangelio frente al arco de salida del pasillo de la sacristía. El altar del fondo tapado durante la cuaresma. Es novedad una candelería de metal fundido obra de Andrés Contreras del año 1936. El exorno floral a base de claveles con grandes tallos, estos debían tener un ritmo muy sinfónico en el transcurso de la estación de penitencia.

Llama la atención los faroles de entrevarales que posteriormente serán utilizados como faroles de simpecado y que aún están en posesión de la hermandad. Igualmente, nos debemos fijar en las dos jarras de las esquinas en la delantera del paso y veremos que son las mismas que actualmente se colocan en el paso actual y que se denominan de Doña Concha.

El lunes Santo de 1939 se estrenaron unos respiraderos obra de Andrés Contreras en metal plateado para el paso de palio. Eran de líneas rectas e ingleteado y con un relieve de la Asunción de la Virgen en el frontal. Desde 1970 los posee la hermandad de la Coronación de Espinas de la localidad de Carmona.

Para el lunes Santo de 1944 se estrena una peana de metal plateado para la Virgen de líneas rectas y chaflanes en las esquinas, con una gran escocia, casetones de ornamentación vegetal y floral y moldura de perfiles en la parte superior, obra de Andrés Contreras. Esta peana es la que actualmente se sigue utilizando. También se estrenan un juego de jarras de metal plateado con forma de ánforas. Para la ocasión son cedidos unos candelabros de cola por la hermandad de Monte Sión; para el siguiente año estos serían cedidos por la hermandad del Calvario, del paso de la Virgen de la Presentación.

El Palio de Patrocinio López y la orfebrería de Eduardo Seco Imberg (1946-1952)

El Lunes Santo de 1946 se estrenaron un original juego de varales, faroles entrevarales y faroles de cola en metal plateado obra de Eduardo Seco Imberg y diseño de Joaquín Pérez García. Los varales eran barrocos de orden salomónicos, pareados por helicoidales derecho e izquierdo, con ornamentación vegetal, calados, nudetes de fundición y rematados por unas esbeltas perillas; los basamentos, de forma cuadrangular, llevaban cartelas con el escudo de la hermandad despiezado. Los faroles eran de forma hexagonal con arbotantes y rematados con grandes perillas; se apoyaban sobre pies fundidos. El juego de varales fue vendido en el año 1992 a la Archicofradía de Pasión de la localidad de Málaga. El juego de faroles entrevarales y de cola fueron vendidos en el año 2006 a una hermandad de la localidad de Jerez de la Frontera.

Tras la Semana Santa de 1947, el cofrade D. Domingo Bellido Vázquez edita un pequeño librito con el “Plan de Reformas para 1948”. De ello realizamos un artículo que se publicó en el boletín de la hermandad número 127 de Noviembre de 2007. En el se reflejaban los estrenos que se iban a realizar consistente en candeleros en número de cuarenta, juego de jarras compuesto de veinticuatro piezas de cuatro tamaños diferentes, ocho portaguardabrisas para entrevarales, dos faroles de cola y cuatro de entrevarales. El diseño de los mismos fue de Joaquín Pérez García y ejecutados por Eduardo Seco Imberg. Todo ello estrenado en el año 1948.

 

El Lunes Santo de 1946 se estrenaron un original juego de varales, faroles entrevarales y faroles de cola en metal plateado obra de Eduardo Seco Imberg y diseño de Joaquín Pérez García. Los varales eran barrocos de orden salomónicos, pareados por helicoidales derecho e izquierdo, con ornamentación vegetal, calados, nudetes de fundición y rematados por unas esbeltas perillas; los basamentos, de forma cuadrangular, llevaban cartelas con el escudo de la hermandad despiezado. Los faroles eran de forma hexagonal con arbotantes y rematados con grandes perillas; se apoyaban sobre pies fundidos. El juego de varales fue vendido en el año 1992 a la Archicofradía de Pasión de la localidad de Málaga. El juego de faroles entrevarales y de cola fueron vendidos en el año 2006 a una hermandad de la localidad de Jerez de la Frontera.

El pasado de los bordados del manto (1952)

En la Semana Santa de 1951 no se realiza ningún estreno, ya que se tenía en estudio pasar los bordados del manto de la Virgen. Tras la misma, se firma con la firma de bordaos de Sobrino de José Caro (Manuel Elena Caro) el pasado de los bordados del manto de salida. Se pasaría a terciopelo de Lyon en color azul marino, antes era de color negro. En el pasado del mismo se suprimen los bordados que tenían en el centro de ornamentación vegetal amplia y que no tenían relación con los bordados de la guardilla, apreciándose en la misma gran variedad de puntos sobresaliendo el escamado de las lentejuelas, que la hacía enriquecer. Los bordados del centro serían utilizados para posteriormente realizar dos sayas.

 

Fotografía del Lunes Santo de 1952. El palio se ubica en la primera nave del lado de la Epístola, delante de la actual capilla. El manto presenta su nueva morfología con la supresión de los bordados interiores. Se puede apreciar los bordados interiores del techo de palio, siendo el último año que se vería.

El palio frustrado de Cayetano González (1953)

Antes de la Semana Santa de 1952, se da a conocer el proyecto de palio para el paso de la Virgen diseñado por el artista Cayetano González, acordándose su realización. El mismo se estrenaría en la Semana Santa de 1953. El diseño contempla dejar los bordados de las bambalinas exteriores del adquirido en 1936 a la Hermandad de San Isidoro y dándosele una estructura de palio de cajón, para ello se suprimiría la crestería bordada y las líneas sinuosas de la parte inferior. A las caídas interiores se les aplicaría una ornamentación de orfebrería en metal plateado, simulando una greca en su contorno y dividida en cinco partes, con un adorno central en forma de rosetones. El techo de palio se proyecta de terciopelo de Lyon en color azul marino y lo componía una guardilla enriquecida con escenas de la Pasión, centrada por una gloria con la Paloma del Espíritu Santo entre querubines; en los ángulos había cuatro ángeles mancebos tenantes sosteniendo cartelas con el escudo de la Hermandad.

A comienzos de 1953, el entonces Consiliario D. Domingo Bellido se interesó en conocer el estado en que se encontraban las tareas del nuevo proyecto de palio. Para esa fecha Cayetano González apenas tenía realizado nada; sólo había pasado los bordados de las bambalinas exteriores, pero no había iniciado ningún trabajo de orfebrería. Hubo una comisión de seguimiento para tener el proyecto a tiempo. Se realizaron apliques en forma de estrellas para el remate de las caídas exteriores y roleos en forma de placas triangulares y rectangulares para formar la greca y rosetas de las interiores. Este diseño no se correspondía con el presentado en el proyecto original, siendo su escaso mérito artístico.

En el año 1956 se vendería a la cofradía de la Vera-Cruz las bambalinas exteriores bordadas en oro, las interiores y techo de palio en pana lisos y un juego de doce cordones. Este lo sigue utilizando hoy en día.

 

Fotografía del año 1953. Se observa como el palio posee una forma cuadrangular o de “cajón”. Se ha suprimido la crestería superior, colocándose unas piezas de orfebrería para rematar la misma. Las bambalinas interiores son de apliques de orfebrería. La Virgen lleva la saya estrenada en el año 1947.

El proyecto de palio de Joaquín Castilla (1954)

Tras la Semana Santa de 1953, se acordó rescindir los trabajos con Cayetano González. Para ello se nombra una comisión artística y otra económica para el nuevo proyecto de paso de palio; y se inician gestiones con el diseñador Joaquín Castilla. Este entregó los bocetos de un nuevo palio que recordaba el diseñado para la hermandad de los Estudiantes. Se componía de crestería de forma trilobulada, figurando dos de éstos por cada entrevaral; las bambalinas eran bordadas en oro con ornamentación vegetal la exterior y en la interior un apostolado en relieve con carnes en marfil. En el techo del palio figuraría un artesonado con una gloria con la Coronación de la Virgen y en los ángulos el escudo de la Hermandad despiezado. No obstante, el proyecto fue desechado por falta de personalidad.

Para este Lunes Santo se suprimieron los apliques de orfebrería. Estas piezas de orfebrería serían utilizadas posteriormente para la ejecución de los paneles que cubren el altar de quinario, siendo estrenado en 1971. Sólo se utilizaron las caídas exteriores, teniéndose que utilizar para el interior y el techo de palio terciopelo liso de color negro que se tenía de la primera salida de la reorganización, ya que aunque la ornamentación de orfebrería de las bambalinas fue provisional del año anterior, dejó marcado el terciopelo.

Para este año se estrena para la delantera del paso una imagen en plata  reproduciendo a la Virgen del Carmen sobre peana del mismo material.

El proyecto de palio de Cayetano González con orfebrería de Villareal y bordados del taller de Manuel Elena Caro (1955-1969)

A mediados del año 1953 se decide recurrir a Cayetano González Gómez para realizar un nuevo diseño de techo de palio. Este tenía un debito económico pendiente con la Hermandad a raíz del palio anterior y que debía liquidar aportando dibujos para la corporación. La comisión artística presentó un estudio para la realización del techo de palio según dibujo del artista que consistía en el exterior del palio con bambalinas bordadas de rica ornamentación de líneas sinuosas en su parte inferior y del que cuelgan fleco de tipo “toalla” y borlas “tocón” Todo ello se remataba con una crestería ingleteada rematada por unas regias coronas que hubo de suprimir por exceder la altura de la puerta de San Vicente. El taller de orfebrería de Manuel Villareal Fernández presentó un dibujo basado en el molduraje de la pequeña Custodia de asiento de la Catedral hispalense. A finales de año se efectuaría la firma de contrato de los bordados por el taller de Manuel Elena Caro según el diseño presentado. La ejecución del mismo tardaría cuatro años.

Igualmente, en este año se decide en un cabildo extraordinario que el color del paso de palio sea el carmesí en vez del negro, ya que aquel conjuga mejor con la plata de la crestería.

 

 

Fotografía de 1955. El palio está parado en la nave de la Catedral de Sevilla. La Virgen exuberantemente enjoyada. El palio presenta sus bambalina delantera bajo el nuevo diseño de Cayetano González y rematado por la crestería de plata de ley de Villareal.

 

En este año las borlas se sustentarían por debajo del fleco y no intercalada entre este.

 

En la delantera se observa la Virgen del Carmen de plata. El exorno floral es por primera vez colocado por “Ramitos”. La cera de la candelería muy baja (obsérvese las tandas de la delantera).

 

A finales de 1955 se presentó el proyecto de Cayetano González para el techo de palio configurado por una amplia guardilla y en el centro aparece el corazón con los siete puñales.

 

Este se estrenaría en la Semana Santa de 1957.

Corona de plata dorada diseño de Jesús Domínguez (1961)

En la Semana Santa de 1961 el grupo de jóvenes de la Hermandad deciden ofrecer a la Santísima Virgen una corana de plata dorada según diseño del orfebre Jesús Domínguez Vázquez que presenta un diseño con canasto formado por de aro de ornamentación vegetal y perlas, sobre este pieza central de forma  hexagonal con seis hornacinas para ángeles pasionistas y con escenas de María en el centro de los parchetes; esta se remata con ráfaga etérea con adornos de acantos que rodean despiezados el escudo de la hermandad y circundada con rayos plisados, biselados y ondeantes, rematada en su centro por cruz alzada a semejanza de la existente en la parroquia de Santa María de Carmona.

Se puede observar la armonía del palio con la grandeza de sus bordados.  Las borlas arrancan desde el terciopelo. A partir de este momento se convierte en uno de los grandes referentes de la Semana Santa, con  un palio de gran personalidad y con un carácter único. Igualmente, se aprecia la nueva presea que corona la Virgen conjuntada con una gran cantidad de joyas que cubren su cuerpo.

 

Fotografía de mediados de los años 60. Se puede apreciar el conjunto al completo en una magnífica fotografía en color que sirvió para ser comercializada como postal por la empresa Ediciones FISA  dentro de su serie “Escudo de Oro” y que tenía el número 182.

 

El paso aparece arriado en la Puerta de Palos. El Fiscal acaba de ordenar al capataz Alfonso Borrero Pavón que reanude la marcha.

 

La Virgen lleva toca de sobremanto y engalonada con joyas.

 

El exorno floral a base de claveles blancos muy despejados con un único friso sobre el respiradero. Los respiraderos plateados en el año 1960; y todo ello rematado por el magnífico conjunto inseparable que forman bambalina y crestería.

Corona de plata dorada diseño de Jesús Domínguez (1961)

En la comida del Martes Santo de 1964 se expone confeccionar un manto bordado para la Santísima Virgen de los Dolores. Para ello se tuvo una reunión con Cayetano González Gómez, a quien se le encarga su dibujo y presupuesto. Todo ello quedó en una idea y se desitió del mismo por su alto coste.

El Moldurón de plata. (1970-1977)

En la Semana Santa de 1970 se estrenaría moldurón de plata con trece cartelas de la vida de María bajo diseño y ejecución de Jesús Domínguez Vázquez, este guarda armonía con la crestería diseñada por el mismo artista.  Todo ello según boceto de moldurón y faldones presentado por Jesús Domínguez.

Se estrena una pequeña imagen de marfil reproduciendo a la Virgen del Carmen esculpida por Rafael Barbero Medina, que aparece sobre peana con piedras de ágata, sostenida por leones. La imagen lleva ráfaga y media luna en plata de ley y se ornamenta con corona, cetro, escapulario y escudo carmelitano en oro.

También se estrena llamador según diseño de Juan Carrero Rodríguez y ejecución por Jesús Domínguez Vázquez. Este de metal plateado llevando una figura de la Fe y un pequeño querubín modelados por Barbero. Y dos faroles cuadrangulares para la delantera de las andas.

Los faldones respiraderos. La personalidad del paso de palio. Primera intervención de Juan Carrero Rodríguez. (1978-1992)

En la Semana Santa de 1978 se estrenaría el faldón-respiradero delantero del paso de palio. Estos se contrataron con el taller de bordados de Esperanza Elena Caro en el año 1975 para su estreno al año siguiente, pero no es hasta el trienio siguiente cuando se produce su estreno. Está formado por dos piezas una respiradero y el faldón. Destaca el respiradero, flanqueado en las esquinas con edículos cobijando los Padres de la Iglesia, San Jerónimo y San Agustín, de bulto y bordados en jiraspe con carnaciones en marfil; trozos de malla inscritas en jugosos roleos alternan con otros espacios donde aparecen ramilletes de flores policromadas. Todo ello se completa en el centro con una alegoría de la Realeza de María coronada por dos ángeles, sobre una nube de querubines. Está rematado por largos flecos del tipo toalla del que penden borlas tocón. El faldón se conforma por una guardilla bordada en oro fino. Los marfiles fueron ejecutados por Rafael Barbero Medina y la orfebrería de Corona de la Virgen y atributos argénteos por Jesús Domínguez.

El diseño de estos faldones-respiraderos los aporta Juan Carrero Rodríguez y para ello se apoya en el proyecto de palio presentado por Cayetano González en el año 1935 y en los faldones realizados para el paso del Señor estrenados en 1962.

También se estrenarían una pareja de faroles de seis caras rematados en corona, situados en la esquina de la peana de la Virgen; estos fueron donados por el grupo joven de la hermandad y realizados por Jesús Domínguez.

El resto de respiraderos y faldones se estrenarían en años posteriores. En 1982 se estrenarían los respiraderos laterales y las dos capillas traseras. Estas les faltaban las flores y figuras de los medallones centrales. Los respiraderos laterales tienen en su centro El Calvario y La Piedad, está última tallada por Manuel Carmona Martínez al no poder hacerlo Rafael Barbero Medina por haber perdido la vista. Los faldones laterales se estrenan en 1984 y 1985 respectivamente y en 1992 el faldón trasero.

En 1982 se estrenan tres tandas de candeleros realizados en metal plateado siguiendo la traza de los anteriores y ejecutados por el orfebre Manuel de los Ríos Navarro.

En 1990 se estrenaría una saya en terciopelo azul con bordados del centro del manto de Patrocinio López realizada por el taller de bordados de Sobrinos de Esperanza Elena Caro.

La homogenización de la Orfebrería en un mismo estilo artístico. (1993)

En 1993 se estrena un nuevo juego de varales en plata de ley donado por una serie de hermanos según diseño de Juan Carrero Rodríguez y ejecutados por el taller de Orfebrería Andaluza. Estos varales vienen a homogeneizar el estilo Renacimiento haciendo juego con crestería y moldurón. Los anteriores salomónicos son vendidos a la Archicofradía de Pasión de Málaga.

La restauración del manto (1995)

En el año 1995 aparece restaurado el manto de Patrocinio López García por el taller de Sobrinos de Esperanza Elena Caro. Este se pasó a nuevo terciopelo de Lyon en color azul marino. Este se enriqueció con una cenefa para el exterior y agregándose piezas centrales a modo de entorchado basado en motivos de la guardilla principal. Esta reforma del manto fue diseñada por Juan Carrero Rodríguez y para ello se basó en el centro que presenta el manto de la Virgen de Monserrat a base de castillos y leones e igualmente ejecutado por Patrocinio López García.

En 1998 se estrena una saya de terciopelo de color azul marino bordada en oro fino con ornamentación barroca donación de nuestro hermano D. Amadeo Arias Jiménez y ejecutada por Manuel Mendoza Ordóñez y Salvador Aguilar San Miguel.

Unificación de la orfebrería al estilo Renacentista. (1998-2003)

Continuando el proceso de reforma iniciado en el año 1993 con la sustitución de los varales se empieza a realizar un proceso de unificar la orfebrería del paso palio en un mismo estilo artístico: el Renacentista. En el sexenio comprendido entre 1998 al 2003 se reemplaza gran parte de la orfebrería que había sido ejecutada en 1948 por Eduardo Seco Imberg en estilo Barroco por otra bajo el diseño de N.H. Juan Carrero Rodríguez. Se comienza por el juego completo de jarras en el año 1998, siguiendo los faroles delanteros en 1999, los cuatro faroles de entrevarales en 2000, los faroles de cola en 2001, los faroles de peana y cuatro guardabrisas para los faroles de entrevarales en 2003.

error: ¡Lo sentimos, este contenido está protegido!